Por M. Falconi y A. David / Prensa Asociada
L’Aquila, Italia - L’Aquila es una joya cultural en el centro de Italia que ha presenciado batallas y cambios históricos, pero tras el terremoto del lunes gran parte de sus tesoros arquitectónicos se convirtieron en ruinas.
El centro histórico de la ciudad tiene edificios románicos, góticos, renacentistas y barrocos, pero muchos quedaron hechos escombros tras el sismo.
Los daños a los monumentos se reportaron hasta Roma, donde los famosos baños termales construidos por el emperador Caracalla presentaban daños visibles.
La ciudad, de unos 70,000 habitantes, se encuentra en medio de un valle rodeado de montañas de los Apeninos y cuenta con fortificaciones antiguas, castillos y tumbas de santos.
“El daño es más serio de lo que podemos imaginar”, dijo Giuseppe Proietti, funcionario del Ministerio de Cultura en Roma. “El centro histórico de L’Aquila fue devastado”.
El Ministerio comenzó un registro de los edificios históricos dañados en L’Aquila, entre los que había campanarios y cúpulas en las iglesias.
Parte de la basílica de Santa Maria di Collemaggio realizada en piedras rojas y blancas se desplomó. La iglesia alberga la tumba de su fundador, el papa Celestino V, ermitaño y santo del siglo XIII famoso por ser el único pontífice en renunciar al cargo.
La torre de la iglesia de San Bernardino del siglo XVI y la cúpula de la iglesia barroca de San Agostino se hicieron añicos, indicó el Ministerio. Las piedras también se desplomaron en la catedral de la ciudad, que había sido reconstruida tras un sismo de 1703.
El temblor del lunes se sintió en Roma, a 70 millas al suroeste. Proietti indicó que, además de los baños de Caracalla, no había otros monumentos de la capital dañados.
L’Aquila, cuyo nombre significa “El Águila” en italiano, fue establecida alrededor de 1240 por el papa romano Federico II y se mantuvo bajo la dominación papal francesa y española por siglos. Su nombre refleja su considerable altura, a 2,300 pies sobre el mar.
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